Este sábado pasado, un pequeño (aunque muy selecto) grupo de socios de LO TALL estuvimos haciendo secallonas. Tras picar, mezclar, especiar y anisar ligeramente cuarenta y dos quilos de excelente carne, conseguimos embutir y atar ciento cuarenta secallonas de unos 280 gramos de media. Las largas “trancas” cuelgan ahora en la oscuridad de un aireado secadero, a la espera de que vayamos a recogerlas dentro de dos semanas. Una experiencia apasionante, no muy recomendable para las otras religiones monoteístas.