Este viernes día 5, una cuadrilla de socios y algún adlátere hemos tenido la osadía de organizar una de esas comidas pantagruélicas e indecentes. Sushi de salmón, tomates con mozzarella y orégano, un quilete de percebes recién llegados de la Costa da Morte y seis quilos de chuletón de ternera, a la que literalmente nos hemos pasado por la piedra (incandescente). Los que no estaban bien agarrados se han mareado un poco, y a alguno, muy mermado por el sobreesfuerzo abdominal, hemos tenido que sacarlo con carretilla.